domingo, 29 de noviembre de 2009

Rincones

Rebuscando entre viejas obras he encontrado este apunte a plumilla (cuando todavía se usaban) que corresponde a la habitación que ocupaba en Sevilla el año que comenzé a hacer  bellas artes. Esta pensión era atendida por unas señoras; viuda una, soltera otra y una vieja asistenta (conocida por "la Tata"). Se  ubicaba en uno de los lugares con más sabor de Sevila: la calle Cardenal Espínola nº 17, entre la Gavidia y el Gran Poder.
En el dibujo se puede observar lo único que de mérito tenía la habitación, el vetusto armario.
Sobre ese armario mi maleta, algunas cajas,y montones de dibujos y lienzos enrollados. En la pensión estábamos Antonio (mi compañero de cuarto, de Cáceres), Begoña (de Trujillo), Alicia (de Estepona), Bartolomé  y Jose Mª (los dos de Jaén) y todos nos hartábamos de tortilla.
Corría el año 1985 y yo tenía 18 años.
A pesar de que los días se hacían eternos y pasaba más tiempo en el Corte Inglés o en el colegio mayor salesiano con Miguel  Ángel haciendo campaña para las capeas, echo de menos a veces la pensión.
Nunca me desprenderé de este dibujo.

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